Por lo pronto, Leonardo Favio lo hace volver en el fenomenal documental Perón, sinfonía del sentimiento. Es el año 1999 y la crisis económica y social aprieta con fiereza, como algunas otras veces en nuestra historia. Como hoy. Y casi nadie, casi ningún político, tiene en mente que la obra concreta y simbólica de Perón y Eva pueda constituir la receta imprescindible para rescatar a la Patria y a su Pueblo del abandono y de la precariedad, de la humillación y el dolor. Leonardo Favio sopla y reenciende el mito que parecía extinguirse. Ahora bien, si el peronismo llegó a ser lo que fue es porque se asentó en capas profundas de la cultura nacional y popular, también de resonancias míticas. Pero para que Perón volviera en el siglo XXI, lo decimos así, el mito tuvo que conectar con el rostro que había mutado de las clases populares, con nuevos deseos y necesidades. Con las luchas sociales que tienen un punto alto, que las nombra, en la crisis del 2001. ¿Cuánto de permanencia sostiene vivo al mito y cuánto precisa de novedad en su conjugación, en su búsqueda de mayor potencia? Una vez más, por la vuelta.